La maratón, la logística y el Arte de Liderar

Cada carrera es un desafío con uno mismo. No se trata solo de poner un pie delante del otro, sino de planificar, resistir y superar los límites mentales. Liderar es lo mismo: no es el tamaño del grupo ni la magnitud del reto, sino la preparación y la mentalidad con la que se enfrenta. Porque el verdadero rival siempre es uno mismo.

VALOR HUMANO

José Ángel Miniello

people walking on street during daytime
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Cuando se habla de correr muchas veces se cree que hay distancias simples y otras más complejas. Todo parte de poner un pie delante del otro, a distintas velocidades, con distintos esfuerzos.

5 K, 10 k, 15 k, 21k, 30 k o 42 k.

Pensamos, partiendo del desconocimiento (cuando corrimos el colectivo solamente), que la complejidad está en los primeros metros/kilómetros, o la zona intermedia; pero el impacto está en todos los tramos, y el final requiere de nuestra fortaleza mental. Toda carrera requiere planificación, un conocimiento de la altimetría del terreno. No es lo mismo 5k en montaña que en la calle, en Rosario (sin grandes diferencias de altura), que en Mar del Plata (que tenemos grandes diferencias de altura lo cual requiere un análisis de altimetría).

En el inicio debemos controlar el impulso de precipitarnos, y ser arrastrado por la adrenalina, el fervor y la emoción de la largada, en la fase intermedia requiere estar pensando en nuestra planificación; en el cómo llegaremos a la última etapa. En la etapa final juega nuestra solides mental.

Esto es válido para cualquier distancia, la complejidad viene de la mano de la preparación. Es real que estos tres momentos se producen principalmente en distancias superiores o iguales a los 10 k.

Esto sucede en cada desafío que afrontemos.

Consideremos que una persona que recién se inicia en el running, y a medida que evolucione cambiará sus hábitos, comidas, tiempo de descanso, horas de preparación y trabajo mental.

Uno puede pensar, esto es para distancias superiores a 10 k, esto no es así.

Correr los primeros 5k, para una persona que nunca lo hizo, es más que poner un pie delante de otro, juega la adrenalina del momento, la ansiedad, el podré hacerlo.

Aquellos que, habiendo alcanzado estos objetivos, se desafían a bajar en 1 minuto, 45 segundos o 15 segundos en SU tiempo. Recalco SU tiempo, porque uno busca superarse a uno mismo. El rival es uno de uno mismo.

Pasar de un trotador en 7 minutos/km a corredor de 6 minutos/km o uno de 5 minutos/km, requiere una preparación psicológica tan o más importante que la física.

Lo mismos sucede con liderar grupos humanos. Pensar que es lo mismo liderar pequeños grupos, que grandes grupos, pequeños desafíos, que grandes desafíos, es un error.

Pensar que es lo mismo Liderar una actividad que posee como objetivo correr al tiempo, que una que no tiene como elemento a superar a cronos marca la diferencia.

En el próximo capitulo profundizaremos con otros ejemplos.

Gracias por acompañarme en la aventura del Liderazgo.

Finalizo con una frase que nos hace reflexionar del estadounidense G. Michael Hopf.

Los tiempos difíciles crean hombres fuertes, los hombres fuertes crean tiempos fáciles, los tiempos fáciles crean hombres débiles y los hombres débiles crean tiempos difíciles”. Vos dónde estás parada en esta línea de tiempo.